La familia de las orquídeas incluye más de 20.000 plantas diversas, encantando con flores intrincadas en casi todos los colores del arcoíris.Las orquídeas tienen fama de ser difíciles de cultivar, pero si tratamos de crear condiciones similares a las de la naturaleza, también se verán increíbles en casa.
Cuando seamos dueños de estas elegantes plantas, recordemos algunas reglas para su cuidado.Uno de ellos es la fertilización, que garantiza una floración larga y abundante.Empezamos a abonar después de que las orquídeas se hayan marchitado, porque es entonces cuando empiezan a crecer y necesitan suplementarse con un preparado con alto contenido de nitrógeno.
Es mejor utilizar nutrientes destinados solo para estas plantas, ya que tienen una composición bien seleccionada y no contienen calcio, que alcaliniza el sustrato, lo que impide que las orquídeas absorban los nutrientes.
En la práctica, existen dos métodos para fertilizar las orquídeas.El primero es agregar fertilizante en cada riego - luego 1/3 o 1/4 de la dosis básica se diluye en agua, el segundo es usar fertilizante (en una dosis básica o un poco más pequeña) alternativamente con riego con agua limpia.
Para los que siempre están ocupados y ocupados, que no tienen tiempo para cuidar de sus queridas flores, el fertilizante en forma de palos viene al rescate, liberando ingredientes valiosos por hasta ocho semanas.