TERMINAMOS DE PLANTAR Y REFLEJAR LOS ÁRBOLESLos árboles jóvenes sembrados en otoño funcionan bien, siempre y cuando se planten relativamente temprano. A principios de noviembre, deberíamos terminar de replantar árboles más viejos y plantar nuevos árboles y arbustos.
PROTEGEMOS LOS ÁRBOLES CONTRA LAS HELADAEn noviembre empezamos a proteger de las heladas a los frutales más sensibles. Podemos utilizar materiales orgánicos, recordando el control sistemático en invierno por la posibilidad de anidación de roedores.
UTILIZAMOS MALLAS PROTECTORAS DE LA RESPIRACIÓNA los árboles recién plantados les gusta que las liebres y los roedores los mordisqueen en invierno.El cuello de la raíz de los árboles cerca del suelo se roe con mayor frecuencia. Para proteger los troncos se utilizan redes de plástico, que puedes comprar o hacer tú mismo y envolver el tronco del árbol.
DEJAR EL SUELO BAJO LOS ÁRBOLESEl final del otoño es un buen momento para encalar el suelo debajo de los árboles y arbustos. En primavera, la cal se disolverá y, junto con el agua de la nieve derretida, llegará al sistema radicular de la planta.
MELOCOTONLa especie que se congela con relativa mayor frecuencia es el melocotón. Una caída de la temperatura por debajo de -25 ° C destruye la mayoría de los botones florales y, a veces, incluso árboles enteros. La forma más fácil de proteger los melocotoneros sensibles es hacer un pequeño montículo de tierra alrededor del tronco. El montículo debe cubrir la base del tronco hasta una altura de unos 30 cm. El suelo es un buen aislante e incluso si la parte de arriba está fría durante el invierno extremadamente frío y sin nieve, los brotes sanos para dormir permanecerán bajo tierra.En primavera, puede cortar toda la parte dañada, y nuevos brotes crecerán rápidamente de la parte cubierta, y se formará una nueva corona de durazno dentro de un año. Otra forma de proteger las plantas menos resistentes a las temperaturas negativas es cubrirlas con esteras, papel grueso o paja. En este último caso, es necesario comprobar si los roedores, que gustan mucho de pasar el invierno en esos lugares y mordisquean la corteza de los árboles jóvenes, no se han interpuesto en el camino.