El invierno es sólo aparentemente un período de inactividad en el jardín.
Al menos para mi. Los pájaros que han trabajado valientemente todo el verano para proteger mi huerto de las plagas no me dejan holgazanear. Cuando afuera hay escarcha y nieve, es hora de pagarles a tus amigos alados.
En el jardín y alrededor de la casa, tengo varios lugares donde pueden comer los pájaros. Fuera de la ventana de la cocina colgué un comedero lleno de manteca de cerdo mezclada con varias semillas (lino, semillas de amapola) y sémola (cuscús, maná). También
Colgué parches individuales de manteca de cerdo sin sal en la glorieta y junto al porche.
Sin embargo, la mayor alegría para mis invitados alados es el abeto decorado con manzanas. El color rojo de la fruta atrae la atención de las aves que vuelan voluntariamente hacia el árbol. Incluso las fuertes nevadas no pueden ocultar por completo mis decoraciones originales. Los pájaros siempre verán manzanas rojas debajo de una capa de pelusa blanca.
A este árbol de Navidad tan peculiar acuden principalmente mirlos y verderones. Estos últimos no me gustan en verano, porque tengo que pelear con ellos por prioridad sobre las cerezas, pero ahora? ¡Después de todo, no ahuyentaré a una criatura fría y hambrienta! Los frutos desaparecen del abeto muy rápidamente. A veces las manzanas se comen en una hora. Sin embargo, "visto" el árbol en promedio cada dos o tres días, decorando la parte superior del árbol con algunas frutas nuevas. ¡Y así durante todo el invierno!
Gracias a mis amigos alados, tengo tanto trabajo que no sé ni cuándo… ¡llega la primavera!
Maria Piątkowska
