Uno de los cuidados básicos ya la vez difíciles durante la invernada es mantener la humedad adecuada del sustrato. La intensidad del riego está influenciada por varios factores, como la pérdida de hojas por parte de las plantas para el invierno, la temperatura de almacenamiento, el tipo de sustrato y, finalmente, los requerimientos de las especies individuales.Las plantas que pierden sus hojas durante el invierno, como la datura, la fucsia y los geranios, se riegan con moderación para evitar que el cepellón se seque.
Las plantas que siempre están verdes todavía transpiran, por lo que se riegan más abundantemente. Sin embargo, conviene recordar que las plantas, al permanecer en temperaturas relativamente bajas, pasan por un período de latencia, en el que todos sus procesos fisiológicos son más lentos, por lo que no necesitan tanta agua como durante el desarrollo intensivo en verano. El agua estancada no solo restringe el acceso de oxígeno a las raíces, causando que se pudran, sino que en las condiciones frías del invernadero, también contribuye rápidamente a las infecciones por hongos.
Para evitar que esto suceda, plante las plantas en un sustrato bien drenado y proporcióneles una gruesa capa de drenaje. La arcilla y los sustratos orgánicos como la turba tienen una alta capacidad de retención de agua. Estas superficies deben aflojarse, por ejemplo, con arena
