Nuestro organismo necesita diariamente para su correcto funcionamiento una cierta dosis de vitamina C. Esta sustancia orgánica no solo fortalece el sistema inmunológico.Mejora la elasticidad de la piel y los tendones, y también fortalece el tejido óseo y dentalAdemás, interviene en la producción de hormonas de la felicidad, por lo que nos da buen humor.
Un químico maravilloso tiene otra ventaja significativa. Es un antioxidante muy potente, es decir antioxidante.Participa en los procesos de desintoxicación del organismo, protegiéndolo contra los efectos de las sustancias oxidantes Estos son compuestos químicos agresivos que se forman en nuestro cuerpo todos los días.
Las mejores fuentes de vitamina C son las frutas y verduras. Y no tenemos que buscar especies exóticas o cítricos. Nuestro propio jardín ofrece una abundante selección de plantas. La cantidad diaria recomendada de 100 miligramos contiene un buen puñado de grosellas negras o una ración de espinacas.
La pimienta, la baya del saúco, el brócoli y todas las demás plantas crucíferas también proporcionan más vitamina C.El mayor contenido de vitaminas se encuentra en las verduras, frutas maduras y frescas.Es mejor comerlas crudas o cocidas brevemente, porque las altas temperaturas destruirán gran parte de la delicada sustancia.
Tres raciones de frutas y verduras al día aportarán a nuestro organismo una cantidad suficiente de vitamina C.Solo las personas que siguen una dieta y consumen platos preparados pueden quejarse de su deficiencia.
• La almendra australiana posee un récord. Contiene aproximadamente 3100 mg
• rosa mosqueta: 1250 mg
• espino cerval de mar: 700 mg
• saúco: 260 mg
• eneldo: hasta 210 mg
• perejil: 160 mg
• col rizada: 150 mg
• brócoli: 115 mg
• junio pimiento morrón: 110 mg
• hinojo: 95 mg
• espinacas: 90 mg
• fresa: 80 mg
• limón: 50 mg
• junio repollo: 50 mg