Mi madre me convenció de cultivar habas. Fue a instigación de ella que en febrero del año pasado compré las semillas de esta planta.
Siembra de haba de marzo
Las habas ya están sembradas en marzo. Esto es para asegurar su correcto desarrollo y una mayor resistencia a los pulgones. Debido al mal tiempo, lo hice recién a fines de abril. Planté habas en intervalos de 3 centímetros, lo que resultó ser una diana. A medida que crecían las vainas de habas, la disposición estrecha de las semillas era una especie de protección contra el viento fuerte y la lluvia.
El mejor sustrato
Leí que a las habas les gusta la tierra fértil, así que antes de sembrar alimenté la tierra con compost. Durante la temporada, no tuve que usar fertilización adicional.
Soporte importante
Los tallos de las habas son bastante gruesos y duros, por lo que es bueno sujetarlos, al menos mientras crecen, con palos.
Protección contra plagas y enfermedades
Además, si no queremos pulverizar habas, debemos recordar cortar las partes superiores de las hojas. Las plagas más comunes de las habas, los pulgones de la remolacha, pueden alimentarse de ellas. Estos insectos no solo destruyen la plantación, sino que también transmiten virus.
Durante los días calurosos, el cultivo de habas necesita ser regado, porque la sequía puede limitar el rendimiento. El año pasado regué las habas bastante abundantemente una vez cada dos días. Traté de verter el agua no sobre todos los arbustos, sino directamente al lado del suelo, para que el sol no quemara las hojas húmedas. Disfruté de mi primera cosecha a finales de julio.
Salud y valores nutricionales
Las habas son buenas para los huesos y tienen un alto contenido de nutrientes. Mi primera cosecha de habas fue de más de medio kilo. Lo dividí en tres partes. Hice ensaladas de dos y congelé el tercero. Me gustó mucho esta verdura y este año seguro que la vuelvo a sembrar.
Patrycja Grzybek